martes, 13 de agosto de 2013

Escuchadme, por favor. Oídme esteis lejos o cerca, dejad que el viento deje caer mi susurro en vuestros oídos, y escucharlo como si soñarais, porque así también os hablo yo. No como persona, ni como dios, ni como animal, solo como pensamiento y vació.

Dormidos, descansando, entregados al reposo, os lo ruego, dejar pasar a mi espíritu, y absorbed la esencia de vuestro ser y el mio. Olvidaros del cuerpo y la razón, del mundo y la realidad. No descifréis palabras o frases porque son toscas e inútiles, cargadas de prejuicios y humanidad.

No penséis ni entendáis, solo sentid. Dejad a un lado la mente, el instinto y el corazón. Los sentimientos, la moral, los impulsos, la vida y el placer, y quedaros con nuestros espíritus, con el vació, con nuestro humo perdiéndose en el viento, en la paz del desorden sosegado.